viernes, 8 de enero de 2010

El comienzo de una historia


Los fuegos artificiales se esparcían en colorido arrebato encima de su cabeza, el sonido de mil explosiones intermitentes embriagaba sus oídos, cada molécula de su ser podía captar la magia que flotaba en el aire, esa sin duda era una noche especial, no por los sucesos que en esta ocurrirían, sino porque la esperanza cubría a las personas con una intensidad que Gamaliel no veía hace mucho, precisamente un año atrás.
Arranco la ultima hoja de un cartón que colgaba en la pared, la tomo con cuidado de no doblarla y la llevo hasta la pequeña fogata que crepitaba a pocos metros, la deslizo entre sus dedos y el trozo de papel planeo lentamente hasta su ultimo destino, el la observo meditabundo y) en silencio mientras las pequeñas llamas la lamían con hambre voraz, dejo que se desdibujara hasta el ultimo trazo de ese 31 de diciembre impreso y mirando a la luna, esa luna radiante y plena como según creía nunca había visto, lanzo una sonrisa al infinito (Luego se entero que literalmente nunca tuvo oportunidad de ver una luna así pues había presenciado un fenómeno que se daba cada muchos años).
Un nuevo año empezaba y el se hallaba en comunión con el universo. Sin embargo, como de costumbre, su instinto racional no aguanto mas tanta cosa onírica y con todas sus fuerzas aguijoneo su cerebro, ¿Acaso el día de hoy era distinto del de ayer? ¿Acaso sus problemas habían dejado de existir por el simple cambio de almanaque? ¿El mundo había dejado de ser tan gris, no existían mas las guerras, el hambre, el dolor? es que ¿algo había cambiado luego que dieran las doce?
Gamaliel concluyo que no, de hecho sabia muy bien que solo para los que se rigieran por el calendario gregoriano este día representaba algo, había mucha gente al otro lado del globo que había despertado como cualquier otro día.
Entonces ¿que era lo que estaba pasando? ¿Porque de pronto todos habían recuperado la fe? ¿Porque incluso el lo había hecho? por primera vez en mucho tiempo esperaba un nuevo amanecer con algarabía y no con pesar.
Dándole un par de vueltas al asunto entendió que pertenecía a una especie de seres absolutamente cíclicos, entes que necesitaban de hacer borrón y cuenta nueva para cambiar, que no sabían hacerlo sobre la marcha, requerían que el cuaderno este absolutamente en blanco para comenzar un nuevo relato.
Individuos tan curiosos que requieren que sea lunes, y solamente lunes, para cambiar sus hábitos alimenticios, los jóvenes jamás empezaran a estudiar y ser aplicados en octubre, no no, requieren necesariamente un nuevo ciclo lectivo.
Había miles de ejemplos, por lo tanto Gamaliel tuvo que sucumbir ante las pruebas y darse cuenta que eso era precisamente lo que hacia tan importante la fecha que estaba viviendo, un cambio de año, de década inclusive, una absoluta vuelta de pagina en la vida de todos ellos, e inclusive de el.
Divertido con esta idea, y con lo limitado que era el cerebro de su especie y lo preso que estaba de este tipo de cosas, decidió seguir la corriente de la masa por una vez, y empezó a pergeñar lo que luego se convertiría en su diario de viaje, en ESTE diario de viaje.
Muchas cosas iniciarían a partir de allí, le daría una chance a la vida, y mientras la última explosión se perdía en la noche miro a la luna por última vez y juro, con ella como testigo, que una nueva historia acababa de empezar a escribirse...

1 comentario:

  1. bueno.... soy la primera... no se si es lo que te esperabas pero aqui estoy... me gusta mucho tu manera de escribir... lo sabes... asi q espero q gamaliel, efectue cosas interesantes en sus dias, para que pueda atraerme y llegar a atraparme su vida... y asi experimentar con el las sensaciones cotidianas y sentir sus experiencias. saludos!

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