domingo, 10 de enero de 2010

El inicio de un viaje



Gamaliel había decidido empezar esta nueva etapa de su vida de manera distinta, estaba lleno de expectativas aunque aun no sabia bien que era lo esperaba. Entendió que necesitaba limpiar su cabeza para poder pensar de manera mas clara, debía imperantemente quitar todo pensamiento que lo confundiera, y si era posible, anular completamente su pasado, es sabido que para mucha gente el pasado es mas que la suma de sus experiencias vividas, es un lastre con el que deben lidiar diariamente, un condicionante eterno para su presente y su futuro, y Gamaliel era una de estas personas.
Se necesitaba ver a si mismo como un neonato, como un punto en el universo, como el segundo anterior al primer instante de la creación, y sabia exactamente a donde debía ir para conseguirlo, esta seria su primer aventura, y decidió emprenderla solo, aunque por contradictorio que parezca pensaba encontrarse con un viejo amigo, y si la fortuna, en su azaroso transitar decidía sonreírle, también se encontraría con el mismo.
Dispuso su bolsa de viaje frente a el y procedió a llenarla con lo indispensable para la supervivencia, esta vez no necesitaría grandes lujos, solo lo necesario para alimentar y abrigar su cuerpo, su mente y su alma.
Iba a tomar su viejo cuaderno de notas cuando recordó que este era un nuevo capitulo, y que nada de lo que pasara debía verse influido por lo ya vivido, por tanto tomo uno nuevo, pulcro y vació, un mundo deshabitado dispuesto a ser llenado con sus vivencias a partir de allí, puso su pluma, sus ropas, su tienda, algo de alimento y dinero, y amarrándose fuertemente la bolsa a la espalda partió.
Miro al cielo, el sol dibujaba estelas rosáceas y violetas en el horizonte, la noche se despedía de manera gloriosa dejando ver aun algunas estrellas, mientras el astro rey solemnemente se disponía a tomar una vez más su imperio, estaba amaneciendo, empezaba un nuevo día, y Gamaliel pensó que era una excelente analogía para lo que estaba sucediendo en el mismo, sonrió una vez mas al universo por prestarse a tan simpática coincidencia, y centró sus pensamientos en su viejo amigo, con un susurro lanzo un mensaje que atravesaría el tiempo el espacio, y aunque apenas fue percibido por sus propios oídos, el sabia muy bien que seria escuchado por su destinatario.




Y se alejo caminado despacio, jugando con el viento, mientras este se alejaba transportando en sus manos su mensaje… ¡Nos veremos pronto…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario